En la
actualidad, podemos observar varios factores de como Guayaquil está
irrespetando todas las medidas de seguridad por la necesidad de poder vender o comercializar
en las calles de la Urbe. Emprendedores optan por realizar diferentes técnicas de
marketing, porque le es imposible volver a su comercio habitual.
Los taxistas generalmente llevan a cuatro pasajeros y hacen recorridos hacia el norte o sur de la ciudad. En esas condiciones ya no existe distanciamiento social. Hay filas en las afueras de los bancos y correos privados. La mayoría de módulos en la Bahía, por el sector conocido como La Cadena, permanecían cerrados. La calles estaban llenas de personas, transeúntes y vendedores ambulantes que no guardaban el mínimo de distancia sugerido, para evitar un segundo brote del coronavirus en Guayaquil.
El toque de queda rige de 21:00 a 05:00; los establecimientos comerciales pueden recibir hasta el 30 % de su capacidad y trabajar solo con el 50 % del personal; la circulación de carros particulares está autorizada dos veces por semana, de lunes a sábado.
Comercio en un 30%
Luego de monitorear la que fue la primera jornada de Guayaquil con semáforo
en amarillo, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal estimó el
miércoles que el 30 % de locales comerciales abrió de forma controlada y
aplicando las medidas de bioseguridad.

En el sector de la Bahía, el cabildo pinta líneas de distanciamiento de 50
centímetros, para que los usuarios no se acerquen al mostrador. Lo mismo
ocurrirá en el Mercado de Artículos Varios, más conocido como de las 4
manzanas.
Comerciantes de la Bahía y la Asociación Guayaquil Independiente, dijo que
espera más controles del Municipio a la informalidad que se toma las calles y
eso les perjudican a quienes cumplen los requisitos de ley para la actividad.
Vendedores ambulantes
Muchos
de los comerciantes están tomando riesgos que no son los más adecuados en este
tiempo de pandemia. Los 35.000 vendedores autorizados siguen con el mismo ritmo
de vida. Ellos aún permanecen en semáforos, puentes, veredas, peajes, porque es
el único ingreso de capital que tienen para poder subsistir.
También
existen alrededor de 20.000 vendedores ambulantes no autorizados que siguen con
esta labor. Familias que se dedican al comercio informal están a la espera de
que el Gobierno se pronunció para poder restablecer sus negocios y poder volver
sin problemas a las calles de la ciudad.
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